"Estuvimos detrás de una línea mojada durante demasiado tiempo, húmeda del rocío expelido por mis manos transeúntes de las sombras y el recuerdo...Desafiamos al amor y al placer invitándolos a desvanecerse entremedio del dolor, asfixiados por el olvido....Nada pudo llevarnos de vuelta a casa, allá al fondo donde la cascada cristalina limpiaría e iluminaría nuestras sombrías culpas y nuestros detestables, disfrazados y corrompidos miedos que pretendían no ser los mismos para nunca poder ser nombrados, ni definidos, ni atrapados....Tú eras como uno de esos miedos, igual de temeroso y siempre huyendo....Yo era como otro de esos mismos miedos, siempre esperándote, pero siempre con miedo....Nada iba a salvarnos de nosotros mismos si nosotros mismos no nos atrevíamos a ver nuestra propia realidad, si no éramos capaces de enfrentar nuestro nivel de falsedad, de egoísmo, de vulnerabilidad... vulnerabilidad que nunca estuvo mal, que de haber sido abiertamente asumida hubiese sido nuestro cable a tierra, nuestro contacto real, palpable, con la realidad..."
"Hubiéramos podido escalar cimas de sonrisas diarias y transparentes, hubiéramos podido dejar de mentirnos para decirnos absolutamente todas las verdades sin culpas...Hubiésemos podido abrazarnos cada mañana como algo nuevo, reírnos de nosotros mismos y masticar el mismo pan, añejo o fresco, pero dulce al fin,embellecido por el reflejo de la luz del jarrón en el que siempre hubiera puesto flores, frescura, aroma y colores para ti...Nadie hubiera podido entender nuestros silencios, nadie hubiera podido entender nuestras innumerables palabras dichas cada día o cada interminable noche alargada para hacer posibles más palabras....Todos nuestros deseos hubiesen sido posibles no por la posibilidad de los sueños sino por la soltura de mi mirada que podría verte tal cual eres y entender tus vuelos necesarios sin reproches...No hubiera podido enojarme, no hubiera podido evitar sonreir al verte dormir plácido y tranquilo cada noche....No hubiera querido enjaularte con definiciones y normas, en vez de eso hubiese preferido acariciarte. No hubiera podido desperdiciar los minutos y las horas criticándote, hubiera querido llenarlos de risas, de sueños, de deseo, de amor, de placer, de esa tranquilidad que da el poder ser uno mismo frente al otro ya sin máscaras...Hubiera tal vez sido posible tener todo eso, pero en lugar de ello lo que tengo es el acostumbrado miedo que poco a poco mengua y comienzo a comprender verdaderamente quién eres, quién soy y quiénes somos, después de la visión que nombraste de aquel bosque y de aquel ángel que dormido nos espera y al que probablemente nunca hubiésemos tenido la valentía de despertar..."
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